El día del amigo lo festejamos en el restaurant del Club Hípico.
La comida fue abundante, al igual que el tinto.
Maxi, se lastró todo...hasta que le avisaron que cerraban la cocina.
Germán y yo pedimos salmón (mmm, parecia vieja de agua...un asco!)
Pero la verdad, la pasamos bárbaro.
Román, Jorge, Seba y Mariano no faltaron a la cita.
Todo esto fue gracias a Dieguito, quien se encargó de reservar con tiempo.
La cosa terminó en Floyd, jugando unos pools.
Y la frutilla del postre: El pelado lució una bola peluda en su frente y fue la reina de la noche.
09 agosto 2007
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